“Ciberseguridad”

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Los avances tecnológicos y en los sistemas de comunicación hace que las distancias sean más cortas, que la información de todo lo que sucede nos pueda llegar casi al momento de producirse la noticia, que podamos acceder a personas que están a miles de kilómetros de nosotros, nos permite también poder formarnos en escuelas o universidades fuera de nuestro entorno territorial más cercano, podemos operar con nuestras cuentas bancarias sin necesidad de acercarnos a ninguna oficina financiera, o nos permite por ejemplo acceder a un mercado nuevo sin fronteras en donde las transacciones las podemos realizar desde un teclado en casa. Todo esto supone un avance innegable que nos permite comunicarnos con el resto del mundo con mayor facilidad y mayor rapidez.

Pero también es verdad que a través de estás transacciones comerciales que realizamos a través de la red o en las redes sociales de las que formamos parte, podemos dejar rastro de un montón de información sobre nosotros: información personal, datos particulares, información de la familia más cercana, preferencias comerciales, gustos personales, aficiones, datos bancarios etc… Toda esta información puede resultar muy codiciada para diversos intereses y por ello hay especialistas en intentar conseguirla de forma fraudulenta e ilegal; y no solo la consiguen sin nuestro consentimiento si no que muchas veces podemos no ser conscientes de que accedan a ella. Básicamente encontramos dos tipos de aprovechamiento ilícito de la red que engloban el resto de las actividades delictivas, y de un tercer tipo delictivo que tendría que ver con los perfiles falsos y las suplantaciones de personalidad:

  • El primero sería, conseguir datos de la persona: conseguir datos personales de una persona para elaborar listados que luego se llegarán a utilizar de forma comercial. Pueden interesar los datos personales por: el lugar de residencia; por la formación recibida; la profesión; el esquema familiar que se tenga; gustos personales en el deporte, la música, lectura etc… Con todos estos datos conseguidos sin nuestra autorización se llegan a elaborar listados que luego se venderán a empresas o para interés propio comercial. En este caso, se nos “roban” datos personales pero que en principio no nos afectará a nuestro patrimonio.
  • El segundo, conseguir los datos de las cuentas bancarias o tarjetas de crédito con el propósito de conseguir “robarnos” dinero de nuestros fondos bancarios o hacer compras a través de nuestros tarjetas de crédito. En este caso el perjuicio es mayor pues nos afecta directamente a nuestro patrimonio económico.
  • Pero podríamos hablar de un tercer delito que tendría que ver con los perfiles falsos o la suplantación de la personalidad en la red. Con los perfiles falsos normalmente se intenta atacar a personas concretas, injuriarlas o acosarlas desde el anonimato detrás de la falso perfil en la red. Con la suplantación de la personalidad de en la red, se intentará hacer ver que alguien actúa en la red sin ser esa persona realmente y se suele hacer para dejar una mala imagen pública de la persona a la que se le suplanta la personalidad.

El mundo criminal, evidentemente, avanza en sus medios y formas de actuar, y la red es un banco de datos y de oportunidades que da un abanico muy amplio de posibilidades para poder delinquir y aprovecharse de los demás. Igual que el mundo criminal se actualiza constantemente en este “ciber mundo”, los cuerpos de seguridad también se tienen que ir actualizando en formación y medios para poder afrontar este tipo de delitos tan complejos y que cada día se actualizan y se especializan cada vez más. Necesitamos una policía lo mejor preparada y con los mejores medios para afrontar un problema que cada día va a más. Pero también es importante que a nivel personal intentemos tomar medidas de auto-protección para intentar dificultar el acceso a nuestra información en la red; pues el dificultar el acceso a nuestras cuentas en la red puede ayudar a disuadir el “ciberataque” y que se desplace a cuentas más fácil de atacar. Algunas de las medidas que se pueden tomar para intentar mejorar nuestra seguridad serían por ejemplo:

  • no poner la misma contraseña para todas nuestras entradas en la red: correo electrónico, redes sociales, portales diversos etc…;
  • a poder ser, cambiar la contraseña cada seis meses;
  • no poner contraseñas fáciles de adivinar e intentar combinar minúsculas con mayúsculas e insertar algún número en ella;
  • si tenemos wifi, que su acceso no sea libre y cuando estemos de vacaciones tener apagado o desconectado todo tipo de conexión en la red;
  • no utilizar la posibilidad que se nos ofrece de “recordar contraseña”, ni en correos electrónicos ni en accesos a redes sociales etc…;
  • no conectarse a wifis con nombres curiosos y sin códigos de acceso;
  • no entrar en enlaces con trampa como por ejemplos ofreciendo vales de compra o de descuento de marcas comerciales conocidas;
  • no abrir mails de procedencia extraña o que el remitente nos sea totalmente desconocido y con asuntos extraños;
  • utilizar los anti-virus.

Estos son sólo unos consejos muy básicos que nos pueden ayudar a mejorar nuestra seguridad personal en la red. Pero lo que seguro que hay que hacer, y sin dudarlo, si somos víctimas de un “ciberataque” es ponerlo enseguida en conocimiento de la policía y realizar la correspondiente denuncia.

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