Artículo ABC Cataluña, 2 noviembre 2022: “2022, suspenso para Ada Colau en seguridad”

Barcelona, en este año 2022, ha sido constantemente noticia por problemas de seguridad y de orden público. No es una noticia extraordinaria; todo lo contrario, es más de lo mismo y negar esta realidad no ayuda ni a intentar solventar el problema ni a mejorar la sensación de seguridad del barcelonés. Tenemos los fríos datos del Ministerio el Interior en los que informan que las infracciones penales en el primer semestre del presente año han aumentado un 43’67% respecto el año anterior (37.014 infracciones penales en total); y que dentro de lo que podemos considerar las grandes ciudades de España, Barcelona es la que tiene un mayor índice de criminalidad por cada mil habitantes (le sigue después Valencia). Estos datos no son opiniones ni apreciaciones, son delitos penales informados por el Ministerio del Interior. Es lo que tiene la frialdad del dato.

La realidad ha hecho que en el año 2022 hayamos visto como en Barcelona la calle se ha ido perdiendo, aún más, para aquellas personas que quieren cumplir con las normas y vivir en buena convivencia. Hace pocos días veíamos otro muerto por apuñalamiento en la Avenida del Paralelo. Un hecho más que preocupante, pues son continuos los conflictos y graves sucesos que se dan en Barcelona, que acaban con ataques de arma blanca, y de estos casos en el mes de septiembre y octubre se han dado varios, demasiados. Este tipo de acción intimidatoria y homicida no son hechos aislados. Cuando tenemos todos los casos acumulados que hemos tenido en estos meses, el hecho en sí mismo pasa a ser de un hecho aislado a un problema real y generalizado en la ciudad y como tal hay que afrontarlo. Resguardarse en que son casos esporádicos o poner otras excusas no nos servirá para poder afrontar el problema; hay que tomar medidas contundentes y firmes y no solo por estos hechos, sino por muchos otros que se dan en Barcelona. Estamos hablando de vidas humanas, de la seguridad de los ciudadanos, de la integridad física de las personas y para ello un alcalde o alcaldesa ha de actuar y saber liderar sin complejos, con prudencia pero con firmeza, y en esa posición no está ni se le espera a la alcaldesa Ada Colau.

Otro ejemplo de desorden público y vandalismo sobre el espacio público lo tuvimos, por ejemplo, en la celebración de las fiestas de la Merced y todos los altercados que se dieron esas mismas noches. Más desorden público, incivismo, vandalismo, enfrentamientos con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y muchos comerciantes perjudicas por la rotura de sus escaparates y por los robos producidos en sus establecimientos. Después de la primera noche de altercados ya se tenía que haber previsto que eso se iba a repetir en las sucesivas noches y que situaciones como las que se han producido no son la primera vez que Barcelona las ha vivido. Un apunte del que nadie habla, a pocos metros de estos altercados está Can Vies, el local ocupado y mimado por la alcaldesa Colau.

Las consecuencias de esta realidad son: sensación de impotencia para el ciudadano que cumple con las normas; sensación de impotencia para los comerciantes que sufren el vandalismo y el robo de estos delincuentes; la sensación de impunidad y de indefensión que hay ante estos hechos; el descaro y agresividad con el que ya actúan estas personas; el descaro y agresividad que utilizan estas personas contra los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y contra los trabajadores de la Seguridad Privada

El cóctel de todo esto hace que el ciudadano de Barcelona y su Área Metropolitana llegue al hartazgo de esta situación, a la desidia y al desespero que lleva a la impotencia. En seguridad hay que tomar decisiones, y siempre en la dirección de la defensa de las libertades individuales de cada persona y de las colectivas en general, en defensa de aquellos ciudadanos que cumplen las normas y haciendo frente contra aquellas personas que actúan en contra de la buena convivencia y paz de una sociedad.

Está en la mano de los ciudadanos de Barcelona que en el próximo mes de mayo se pueda cambiar esta tendencia y no tener a una alcaldesa como Ada Colau que año tras año suspende en materia de seguridad en Barcelona. Y ese suspenso de la alcaldesa Colau lo paga la ciudad de Barcelona, sus vecinos, su comercio, su imagen y su economía.

Alberto Villagrasa es consultor y experto en materia de seguridad

https://www.abc.es/espana/cataluna/2022-suspenso-colau-seguridad-20221102124250-nt.html?fbclid=IwAR0yVrZ7v3oN5xbJS1paGfKoskoJjTBybl2-fBTYOSZBzlotqzOtT0Y8zbo

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