Colombia dice NO al acuerdo de paz con las FARC.

Colombia dice NO al acuerdo de paz con las FARC.

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Este fin de semana, Colombia fue llamada a las urnas para ratificar o no los acuerdos de paz a los que llegó el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. 34.899.945 personas podían participar en esta consulta, de éstas, 13.010.762 fueron las que la final participaron en dicha votación; es decir, que la participación fue del 37,28%. Se presentaba ante la ciudadanía colombiana la oportunidad de poner fin a 52 años de terror por parte de las FARC, un conflicto que ha dejado unos ocho millones de víctimas (entre desplazados -más de 5,5millones-, secuestrados, amenazados, heridos, violaciones, torturados, más de 220.000 muertos etc…).

El resultado, contra todo pronóstico, fue que ganó el NO, rechazando la propuesta del Gobierno de Colombia. 6.408.350 (50,23%) colombianos dijeron NO al acuerdo de paz con las FARC; contra el 49,75% que apostó por el SÍ. La división de la ciudadanía es evidente; pero la victoria del NO, no sólo sorprendió al presidente colombiano Juan Manuel Santos, si no también a toda la comunidad internacional comenzando por la ONU y pasando hasta por el Vaticano. Los ex-presidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe hicieron campaña por el NO y son los que han salido victoriosos con su postura y argumentaciones, a pesar de la escasa difusión que desde los medios de comunicación se hacía de sus opiniones.

Cuáles son los motivos por los que un pueblo puede rechazar un acuerdo para conseguir la paz después de más de 50 años de terrorismo. Nadie duda que todos quieren la paz, pero no a cualquier precio. El propio Uribe sigue apostando por la paz  y seguir hablando con las FARC, pero consideran que los jefes de la guerrilla han de ir a prisión por todos los crímenes que han cometido. También estos días en la prensa han salido algunos testimonios de personas que justificaban su NO por ser expulsados a la fuerza de su lugar de origen por culpa de las FARC desde hace muchos años y con aviso de muerte si volvían. Esquemáticamente, el NO se justificaría, entre otros motivos por:

  • el no ceder al perdón a los responsables  máximos de los miles de  muertos que han causado las FARC (se daba la posibilidad del perdón y no ir a prisión si reconocían sus crímenes);
  • el dolor de los miles de desplazados, dejando sus casas y a sus familias, sabiendo que volver significaría su muerte
  • la comparativa de los desplazados que ven como a los miembros de las FARC se les hace diputados sin pasar por las urnas con el mismo sueldo que el resto de diputados, pero además se les daban tierras y otros beneficios; mientras que para ellos (los desplazados) no  hay dinero;
  • el regalar 5 escaños en cada una de las dos cámaras, sin que nadie les haya votado y por lo tanto, dar gratuitamente voz parlamentaria a los asesinos de muchos colombianos;
  • la no entrega de todo el armamento. Las FARC anunciaron que harían un inventario de sus bienes y el día antes de la consulta destruyeron 600 kilos de explosivos; pero no se ha dado una entrega definitiva de las armas;
  • la indignación de que, aproximadamente, cerca de 5.800 combatientes (cifra que da la guerrilla), tengan chantajeado y aterrorizado a un país de más de 48 millones de habitantes;
  • y el gran daño y las miles cicatrices abiertas que aún quedan en la sociedad colombiana por el terror y los asesinatos provocados por las FARC.

 

Todos los colombianos quieren la paz, pero el daño causado estos 52 años hace que una gran parte de la ciudadanía quiera esa misma paz, pero no a costa de cualquier precio que suponga una humillación para el país y para todas las víctimas (y sus familias) de las FARC. El conceder el perdón o la inmunidad del asesino sus familiares o conocidos y que tanta sangre ha hecho correr en su propio país, es dejar abiertas heridas de una gran profundidad que quedarían sin cerrar para muchas generaciones. Seguramente, desde el prisma de una víctima, sería demasiado “perdón” y demasiado “premio” para unos asesinos y un agravio comparativo insoportable para las víctimas y para una gran parte de la población. Una víctima lo resumía con esta sentencia: “todos estamos a favor de la paz pero no a cambio de entregarles la democracia”.

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