Estamos ante el inicio de un nuevo curso escolar. Un inicio de ilusiones y nervios tanto por parte de los padres como de los hijos: nueva clase, nuevos compañeros, nuevo profesor, nuevas asignaturas etc… Pero además, por parte de algunos alumnos esos nervios pueden venir por otras causas no tan agradables como es el acoso escolar (“Bullying”). Algunos datos para darnos cuenta de la importancia del problema:
- Evolución de las denuncias de acoso escolar en los últimos años: año 2014 – 864 denuncias / 2015 – 948 denuncias / 2016 – 944 denuncias / 2017 – 10.54 / 2018 – 954 denuncias (datos Ministerio de Educación, faltan contabilizar Cataluña y País Vasco que no ofrecen estos datos).
- De los casos del año 2018, el 55’3% incluyeron lesiones (dato Ministerio Interior)
- Los grupos de edades más afectados son primero el de 12 a 14 años, seguido del de 15 a 17.
Con estos pocos datos, vemos que el panorama no es nada tranquilizador. El trabajo que hay que realizar, y que se realiza, no es nada fácil pero hay que seguir con esta labor desde diferentes ámbitos y áreas y trabajarlos desde la raíz. Por ello es importante dotar en los centros escolares de:
- personal especializado para detectar y sobre todo tratar y hablar con los menores que se intuya que puedan ser víctimas de acoso escolar (psicólogos, educadores sociales, mediadores de conflictos…);
- dar la formación adecuada a todo el personal del centro, desde los profesores a los administrativos y personal de secretaría. A todos. Todos se han de implicar en esta labor;
- continua formación y charlas sobre “bullying” dirigida a los menores;
- e implicar a los padres tanto como AMPAS como a nivel individual.
También es importante coordinar e implicar a la policía en este trabajo de prevención y detección de posibles casos de “bullying” pues muchas de estas prácticas se pueden dar fuera del recinto escolar. Por eso es importante la vigilancia de la policía de los entornos y caminos escolares por si se diese algún caso de agresión física, verbal o psicológica sobre algún menor.
Detectado el caso de “bullying”, hay que trabajar y ayudar a la víctima, pero también actuar sobre el agresor o agresores. El trabajo con la víctima directa del acoso nadie lo pone en duda y además ha de ser realizado con tacto e involucrando tanto a la familia como a todo el personal del centro educativo. Pero también el agresor es una víctima. Hemos de pensar que el agresor es un menor de edad y por lo tanto si trabajamos bien el problema se puede reconducir su actitud y que sea consciente del mal producido para corregir su conducta a partir de ese momento. El causante del acoso seguramente tenga esa actitud por algún problema ya sea familiar, de adaptación, posible consumo de algún tipo de droga, o tener algún tipo de complejo o trauma, entre otras posibles causas. Por ello el trabajo con el agresor es también de vital importancia para que sus conductas futuras no sigan por el mismo camino que le ha llevado a tener ese comportamiento no deseado. Detectado el problema hay que implicar a los especialistas que sean necesarios para ayudar al menor de edad causante del acoso. Pero en ese trabajo se ha de implicar también la familia del menor y con no querer reconocer que su hijo o hija ha tenido un mal comportamiento, estamos perjudicando y comprometiendo el futuro del menor y no le estamos haciendo ningún favor.
Otro aspecto ha tener en cuenta es internet. Con la irrupción de las redes sociales es importante estar atentos al acoso que puede sufrir el menor en la red, En este caso, la familia, los padres especialmente, han de tener un papel activo y vigilante, pues en estos casos el acoso al menor se da fuera del entorno del recinto escolar y por lo tanto es más difícil de detectar en un primer momento por el profesorado o dirección del colegio. Si los padres detectan un tema de acoso sobre su hijo en las redes sociales, se ha de poner en conocimiento rápidamente a la policía y a la dirección del centro educativo.
Como decía Pitágoras: “Educad al niño y no será necesario castigar al hombre”.
Recordar el teléfono del Ministerio de Educación para denunciar posibles casos de acoso escolar: 900 018 018. La lucha contra el “bullying” es cosa de todos.
