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Estos últimos meses hemos estado en el “Parlament de Catalunya” debatiendo sobre el posible uso de pistolas eléctricas (las conocidas coloquialmente como “Taser”) por parte del cuerpo de policía de los “Mossos d’Esquadra”. En la Comisión había dos partes bien diferenciadas entre los que creíamos que su uso era aconsejable y los que no. Al final, la Comisión de Interior del “Parlament” ha dado el visto bueno al uso de las pistolas eléctricas para los “Mossos”. Entre los que apoyamos su uso estábamos Partit Popular, Ciudadanos, PSC y “Junts pel Si”; y los que votaron en contra fueron la “CUP” y “Catalunya Si que es Pot”. Y dentro de los que éramos favorables a su uso, también había posturas más acomplejadas que, en su aprobación, el exceso de justificaciones ya manifestaban dichos complejos. Visto quién votó en contra, está claro que este era también un debate político: la izquierda menos moderada estaba radicalmente en contra del uso de las pistolas eléctricas. Precisamente esta izquierda (CUP y lo que representa a Podemos en Cataluña) ha sido la que ha ido defendiendo a los grupos alternativos que provocaron los altercados del barrio de Gracia en la ciudad de Barcelona, o han sido los más críticos con la actuación de los “Mossos” en este tema.

Volviendo al tema de las pistolas eléctricas, en la Comisión de Interior, defendí su uso por parte de la policía de Cataluña por varios motivos: primero, es evidente que la delincuencia cada vez está más organizada y utiliza todos los medios que pueden y que están a su alcance; luego, hay que dotar a la policía de aquellos medios materiales que pueden ayudar a realizar mejor su trabajo y que garantice mejor la seguridad de la víctima, del agente de policía y del propio agresor; además, en una situación extrema de peligro la utilización de la pistola eléctrica puede evitar daños irreparables; que es evidente que su uso se dará sólo en situaciones de extrema necesidad y cuando la mediación haya fracasado o no sea posible; y que, entre otros motivos, es una alternativa válida a la reducción cuerpo a cuerpo, con lo que el tiempo de reducción es menor y menos traumático.

Así mismo, nos posicionamos en contra de su uso con menores de edad y mujeres embarazadas; así como su uso dentro de recintos penitenciarios. A la vez, aconsejábamos que todos los desplazamientos de las pistolas eléctricas, este fuese acompañada de un desfibrilador.

Dentro del debate hubo dos temas polémicos y que fueron los más discutidos: varios grupos defendimos el uso de las pistolas eléctricas en situaciones en las que el agresor estuviese bajos los efectos del alcohol o de las drogas, o tuviese algún problema de enajenación mental, siempre que no hiciese caso al requerimiento de la policía. En este caso hubo algunos grupos que no estaban a favor. Pero es evidente que en muchas situaciones en las que se pueden dar estos casos, la persona tiene una disminuida capacidad de razonar y su agresividad puede ser mayor. Por eso estábamos a favor de su utilización en estas circunstancias. Y el otro punto, en los que fuimos los únicos que lo defendimos, fue la utilización extensiva de las pistolas eléctricas. Es decir; parecer ser que su uso se dará únicamente por parte de mandos intermedios. Nosotros, precisamente porque su uso ha de ser puntual y en casos de extrema necesidad, defendimos que su uso se pudiese dar por otros agentes de policía (debidamente preparados e identificados) y que por ello este aparato no solo debía de estar en la comisarias, si no que también en algunas unidades móviles precisamente para su rápida reacción.

Y evidentemente, argumentamos, que había que dar un voto de confianza a los cuerpos de policía, en este caso a los “Mossos d’Esquadra”, en el uso y utilización de los medios materiales para realizar con eficacia su trabajo que es el de garantizar la buena convivencia y la paz de nuestras calles. En democracia hay que confiar en nuestros cuerpos de seguridad y si en algún momento se diese algún exceso, existen los mecanismos para proceder a su investigación y corrección. Pero la confianza hacia la policía en nuestra sociedad y democracia no puede ponerse en tela de juicio.

Adjunto nuestras conclusiones presentadas a la Comisión de Interior del Parlament de Catalunya:       CONCLUIONES PP PISTOLASELECTRICASCOMISIONINTERIOR